El profe que medio da clase, que hay que perseguir, que no hace equipo, que no tiene vocación.
El profe profesional que llega puntual, da la clase, entrega relativamente a tiempo, pero no hace equipo, no mete el hombro y busca sólo sus intereses.
Y el profesional de la educación que se entrega, que tiene motor propio, que hace equipo con la escuela, con las familias, que ve personas y no sólo alumnos, que tiene vocación y la lleva a cabo con alegría. Y que además da clase.